¡Se admiten otros/as predestinados/as!

Hay gente cuyo destino está marcado desde la pila bautismal (a veces incluso antes: desde ese mágico momento en el que los gametos de sus progenitores fungieron) y ni siquiera lo saben. Por ejemplo, Igor Dygalo, portavoz de la Armada rusa. En ruso no tiene gracia, pero en castellano es como para dar volteretas hacia atrás. Otro que tal baila (bailaba) es Charles Justice, el tipo que mejoró la silla eléctrica al incorporarle unas abrazaderas metálicas, con tan mala suerte que diez años después fue acusado de asesinato y ejecutado en la misma, mucho más cómoda, eso sí . En su caso, no sólo era lógico que trabajara para la Justicia, sino justo que disfrutara de las mejoras del invento. ¿Y qué decir de François Fillon, el flamante primer ministro francés después de ser el director de campaña del no menos flamante presiente Sarkozy? Podemos decir sin miedo a equivocarnos que ha encontrado un filón el muy felón. A este lado de los Pirineos, donde acaba lo verde, no podemos olvidar al doctor Condom, más que probable especialista en planificación familiar, igual que los ya aquí citados doctor Pequeño y doctor Mata eran especialistas en pediatría y negligencias, respectivamente. La saga madrileña Cabello no se dedicó por casualidad al mundo del pelo cabecil. En Pelucas Cabello puede Vd. encontrar las genuinas pelucas Raquel Welch.

Entrada tomada do blog do profesor Leandro Gao ( amigo, debe ser, de José Máforo)