21/2/09
...una invicta sensación de derrota (Fernando Marías)
Durante el trayecto en metro, rememoré la conversación con el editor; y la angustia, entonces sí, me arañó la tripas. De pie, frente a la puerta del vagón, mirándome en el cristal mugriento, a merced de los reflejos de la velocidad en el tunel, tuve miedo por el futuro; miedo al futuro mismo. Conciencia del agua, una invicta sensación de derrota. Los soldados no mueren en las guerras, como se dice alegrememente; eso no es exacto. Cada soldado muere en un instante concretísimo de una batalla también concretísima; tal vez en una escaramuza mínima, despreciada por la historia, pero fundamental para ese muerto, porque ese momento será el de su propia muerte. Y única: nunca tendrá otra. Los barcos no naufragan anónimamente en el océano; cada barco se hunde en una precisa ubicación da latitud y longitud, en esa y no en otra. En un instante preciso y en ningún otro. Pues bien, yo tampoco fracasaba en la vida de manera imprecisa. Me hundí en el desaliento ahí, en ese momento, un soleado día de mayo, bajo tierra, entre las estaciones de Gran Vía y Tribunal.Y a nadie le importaba, nadie iba a darme ánimos para que me sobrepusiera y volviera a intentarlo. No obstante, a un tiempo, miles de voces desconocidas, con su silencio legítimamente indiferente, me recordaban que nunca lograría ser escritor. Las oía calladas y recias, insoslayables. Los sueños son de agua, pero el fracaso tiene puerta . La abres, la cruzas, la cierras a tu espalda. Y das el siguiente paso, titubeante, abrumado, incrédulo. Asustado y solo.
Sentí miedo(...)
MARÍAS, Fernando; Cielo Abajo, Ed. Anaya. Madrid 2005
IIPremio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil.
Interesante lectura para os/as que queirades indagar sobre a nosa guerra civil.
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