Hai unhas semanas descubrín da man de X(tra).L(arge) Mosquera este impactante libro de Zygmunt Bauman, "Miedo Líquido". Estes días terribles que estamos a presenciar logo do terremoto de Haití e agora o comezo dos saqueos lévame a traer aquí algunha das súas reflexións.
El máis ben refírese no seu libro "Miedo Líquido" ao feito que se acabada de producir, o furacán Katrina e o seu paso por New Orleans. O feito de ser unha catástrofe en pleno corazón de EEUU dalle unha significación en certo modo diferente ao que está a ocorrer en Haití, pero hai unha parte da reflexión que semella, para min, plenamente aplicable.
“Titanic somos nosotros, es nuestra triunfalista, autocomplaciente e hipócrita sociedad, despiadada con sus pobres; una sociedad en la que todo esta ya predicho salvo el medioi mismo de predicción. Todos suponemos que, oculto en algún recoveco del difuso futuro, nos aguarda un iceberg contra el que colisionaremos y que hará que nos hundamos al son de un espectacular acompañamiento musical” (Jacques Attali)
El Katrina [y ahora el terremoto de Haití] han descubierto el secreto más celosamente guardado de la civilización: que “la corteza de la civilización por la que transitamos es fina como una lámina. Un simple temblor y [usted]se verá tragado por ella, aferrándose con uñas y dientes a la superficie para mantenerse vivo como un perro salvaje ”El mensaje es que la amenaza de la “des-civilización” es terriblemente real: “eliminemos los ingredientes elementales de la vida organizada y civilizada -comida, vivienda, agua potable y un mínimo de seguridad personal- y, en cuestión de horas, estaremos de regreso al estado de naturaleza hobbesiano, a una guerra de todos contra todos”.
El síndrome “Titanic” consiste en el horror de caerse por las rendijas de la corteza (“del grosor de una lámina”)de la civilización y precipitarse en esa nada, desprovista de los “ingredientes elementales de vida organizada y civilizada” (“civilizada”, precisamente, en tanto que “organizada”: rutinaria, predecible, en la que se equilibran los anuncios y los carteles con el repertorio conductual).
El actor principal ( aunque mudo) de la historia del Titanic, como bien sabemos, es el iceberg. Pero no fue éste (la emboscada que deparaba al navío, al que aguardaba “ahí afuera”), lo que provocó el horror que hizo que aquella historia sobresaliera entre la multitud de historias de horrores/desastres similares. El auténtico horror fue el del caos que se produjo “aquí adentro” en la cubierta de este transatlántico de lujo .
Zygmunt Bauman; “Miedo Líquido. La sociedad contemporánea y sus temores”. Paidós. Barcelona 2007.
Hai un ano publicábamos en xiztoria:
"Cuboadiviña, o regreso dun mito en xiztoria"
“Titanic somos nosotros, es nuestra triunfalista, autocomplaciente e hipócrita sociedad, despiadada con sus pobres; una sociedad en la que todo esta ya predicho salvo el medioi mismo de predicción. Todos suponemos que, oculto en algún recoveco del difuso futuro, nos aguarda un iceberg contra el que colisionaremos y que hará que nos hundamos al son de un espectacular acompañamiento musical” (Jacques Attali)
El Katrina [y ahora el terremoto de Haití] han descubierto el secreto más celosamente guardado de la civilización: que “la corteza de la civilización por la que transitamos es fina como una lámina. Un simple temblor y [usted]se verá tragado por ella, aferrándose con uñas y dientes a la superficie para mantenerse vivo como un perro salvaje ”El mensaje es que la amenaza de la “des-civilización” es terriblemente real: “eliminemos los ingredientes elementales de la vida organizada y civilizada -comida, vivienda, agua potable y un mínimo de seguridad personal- y, en cuestión de horas, estaremos de regreso al estado de naturaleza hobbesiano, a una guerra de todos contra todos”.
El síndrome “Titanic” consiste en el horror de caerse por las rendijas de la corteza (“del grosor de una lámina”)de la civilización y precipitarse en esa nada, desprovista de los “ingredientes elementales de vida organizada y civilizada” (“civilizada”, precisamente, en tanto que “organizada”: rutinaria, predecible, en la que se equilibran los anuncios y los carteles con el repertorio conductual).
El actor principal ( aunque mudo) de la historia del Titanic, como bien sabemos, es el iceberg. Pero no fue éste (la emboscada que deparaba al navío, al que aguardaba “ahí afuera”), lo que provocó el horror que hizo que aquella historia sobresaliera entre la multitud de historias de horrores/desastres similares. El auténtico horror fue el del caos que se produjo “aquí adentro” en la cubierta de este transatlántico de lujo .
Zygmunt Bauman; “Miedo Líquido. La sociedad contemporánea y sus temores”. Paidós. Barcelona 2007.
Hai un ano publicábamos en xiztoria:
"Cuboadiviña, o regreso dun mito en xiztoria"
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