Imaxe da burguesía urbana nunha obra de R Cortés 1855 (imaxe tomada da Kalipedia)
PD. Sirva este texto para volver a deixar constancia da sabedoría e capacidade de síntese do que foi o meu mestre, José María Jover Zamora. Xa non llo podo agradecer en persoa pero quede aquí a miña admiración e agradecemento.
Esta peculiar burguesía peninsular (clases medias ilustradas; clases medias enriquecidas por la Desamortización; aristocracia que mantiene su base latifundista, pero que ha aceptado la liquidación de la sociedad estamental y el dogma liberal de la «igualdad ante la ley»; auténtica burguesía de negocios surgida del movimiento financiero determinado por el tendido de la red ferroviaria; enclaves peninsulares de la auténtica burguesía europea de base mercantil e industrial: Cádiz, Barcelona, Oporto, etc.), profesa una filosofía política de inmediato abolengo francés, pero que casa perfectamente con la tradición jovellanista nacional. Esta filosofía política es el doctrinarismo; posición esencialmente ecléctica que se propone conciliar los cambios sociales y mentales determinados por la Revolución, con el mantenimiento de una continuidad histórica que se refleja, ante todo, en la primacía de dos instituciones: el Rey y las Cortes. Ni siquiera la «voluntad nacional» pronunciada en un momento dado puede prevalecer sobre estas dos instituciones en las que se concreta una voluntad nacional, no momentánea y por tanto variable, sino permanente a través de generaciones. Cabe, además, señalar como caracteres de la mentalidad doctrinaria: la defensa de la propiedad privada como principio sagrado, absoluto e intangible; la defensa del orden público; el centralismo, también de directa inspiración francesa; el cultivo de unos signos externos de respetabilidad que llevará a esta clase dirigente a presentarse como protectora del «orden moral», y a buscar, una vez consumada la Desamortización, el entendimiento con la Iglesia católica. Todo ello valdrá a los grupos dirigentes que quedan apuntados el asentimiento, más o menos expreso, de ese sector de clases medias a que hemos llamado en otro lugar «burguesía hogareña». Por lo demás, si el doctrinarismo constituye la base doctrinal, filosófica, del gobierno de los moderados, su principio de aplicación es el sufragio restringido, bien a los poseedores de unos determinados bienes de fortuna (sufragio censatario), bien a los poseedores de un determinado nivel de instrucción, acreditado en la posesión de unos títulos o en el ejercicio de una función pública. Tales son los rasgos más visibles que definen, en su actuación política, a los «moderados» que dan su nombre a la España de Isabel II.
JOVER ZAMORA, José Mª; Introducción a la Historia de España, Barcelona 1963; px.624
JOVER ZAMORA, José Mª; Introducción a la Historia de España, Barcelona 1963; px.624
PD. Sirva este texto para volver a deixar constancia da sabedoría e capacidade de síntese do que foi o meu mestre, José María Jover Zamora. Xa non llo podo agradecer en persoa pero quede aquí a miña admiración e agradecemento.
¡Decididamente...confésome fervente "joverista"!
No hay comentarios:
Publicar un comentario